TERESA DE LA PARRA (1889, Francia – 1936 España)
Introducción
Sarah Barnett, Maksim Hull, Jack Markowitz, Lainie Morris, eds.
Vicente Cochocho
Teresa de la Parra
“Vicente Cochocho” es un capítulo de la novela Las Memorias de Mamá Blanca, escrita por Teresa de la Parra, publicada en Caracas en 1929. Esta novela responde a los movimientos sociales y literarios del principio del Siglo XX (Miró 36), que mezclaban el vanguardismo y el telurismo con elementos feministas e indigenistas. Es una obra ficcional autobiográfica (Climent-Espino 50) que ocurre en la finca Piedra Azul, semejante a la finca que tenía su familia cuando era niña (Ruiza et al.)
El protagonista de este capítulo, Vicente Cochocho es el paleador de la acequia en Piedra Azul. Aunque su raza es negra e indígena, tiene un rol de maestro importante para las niñas de la familia con la que él trabaja. Su rol en la trama es sorprendente porque la estructura social de los peones negros en posiciones bajas persistió, aunque se había abolido la esclavitud en 1854 en Venezuela (Swarthout 178). En el imaginario nacional venezolano del siglo XIX las minorías llegaron a representar, con la naturaleza, la barbarie, debido a su clase social inferior.
“Cochocho” es un apodo con connotación negativa y una representación de su status social. Junto con su clase social, este apodo aclara su lugar en la sociedad de Piedra Azul: lo más bajo. Sin embargo, estas cualidades no afectan los sentimientos de las niñas hacia Cochocho. Ellas lo ven como un sabio, lo buscan para que les explique la naturaleza e imitan su forma de hablar.
Cochocho emplea un español arcaico, con palabras que vienen del Siglo de Oro. Es común en las áreas rurales mantener palabras y estructuras más antiguas por la falta de contacto con otra gente (Aaron 474). Cochocho habla de manera “rústica” (Bohórquez 16) y se puede concluir que él mismo es una persona rústica, de una de estas áreas rurales sin contacto con otras personas.
En Memorias de Mamá Blanca, y especialmente en el personaje Vicente Cochocho, Parra presenta una estética contraria a las novelas telúricas de su época, especialmente Doña Bárbara del también venezolano Rómulo Gallegos y publicada el mismo año. La “utopía” representada en esta novela es un mundo de “progreso, de la civilización, de la ciudad” (Bohórquez 16). Al contrario, Parra describe este mundo como siniestro. En su lugar, el mundo ideal era como Piedra Azul, y como Cochocho: rural y rústico (Bohórquez 16). A través de Vicente Cochocho, Teresa de la Parra lucha contra el modelo de sociedad presentado por los pensadores principales de su época. Cochocho es antitético a sus ideas en todo: su forma de hablar, su trabajo, su sabiduría y su existencia.