MERCEDES DE VELILLA Y RODRÍGUEZ (1852-1918 España)
Introducción
Veronica Delgado, Renée Franchi, Abigail Johnes, Christian Soto eds.
El vencedor de sí mismo
Mercedes de Velilla y Rodriguez
Mercedes de Velilla y Rodríguez, poeta y dramaturga, nació el 24 de septiembre de 1852 en Sevilla, España. Ella comenzó a escribir a una edad temprana, y recitó sus poemas en público por primera vez a los 10 años. Su familia participó en los círculos literarios de Sevilla, y así la autora conoció a poetas y dramaturgos que la apoyaron. Su primer libro de poesía fue Ráfagas, una colección de poemas publicada en 1873, que la ganó renombre en los círculos literarios del país. Publicó su poesía en varias revistas destacadas de Sevilla, Andalucía, y Madrid. Pocas mujeres dramaturgas tenían acceso al teatro comercial antes de mediados del siglo XIX, pero después del éxito de Gertrudis Gómez de Avellaneda, docenas de mujeres españoles como Velilla y Rodríguez consiguieron oportunidades de participar en esta producción cultural. (Gies 436).
El teatro español en la segunda mitad del siglo XIX se construyó sobre la ansiedad de la clase media sobre su estabilidad política y económica; la sociedad española se analizó a sí misma a través del discurso del teatro, debatiendo temas, enfrentando problemas y encontrando formas de evitar conflictos que no deseaba enfrentar directamente (Gies 438). Movimientos literarios como el costumbrismo y el realismo avanzaron el discurso sobre la identidad nacional de España y enfrentaron los problemas sociales de la época, mientras un resurgimiento de Romanticismo extendía su influencia sobre la producción literaria. Toda la obra de Velilla y Rodríguez tiene un tono nostálgico, que la vincula con este resurgimiento del Romanticismo.
El siglo XIX fue una época de conflicto violento y cambio radical en la política de España. Las guerras carlistas entre los conservadores y los liberales no terminaron hasta 1876, el mismo año en que se estrenó El vencedor de sí mismo,la primera obra teatral de Velilla y Rodriguez. «El vencedor de sí mismo» es una frase que aparece varias veces en Don Quijote, y el tema de «vencer a sí mismo» recurre a lo largo de la literatura española (Romo Feito). Velilla y Rodriguez escribió varios poemas dedicadas a Cervantes, y la selección del título es indudablemente una referencia a Don Quijote. El vencedor de sí mismo es un drama en verso, con escenario en la Sevilla del siglo XIII, que examina el conflicto interno del protagonista Garci Perez instigado por un conflicto amoroso durante las guerras de la Reconquista. La temática medieval idealizada y la estructura de la obra siguen las tradiciones literarias de España, y la recepción crítica fue muy positiva. Los guiones de obras teatrales exitosas típicamente fueron impresos para distribución pública, y después del éxito en el teatro Cervantes de Sevilla, El vencedor de sí mismo se publicó de inmediato.
Desafortunadamente, el próximo año, 1877, la situación económica de la familia de Velilla y Rodríguez se empeoró rapidamente con la muerte de su padre. Entonces, ella trasladó a Camas, una localidad de Sevilla, donde trabajó en la administración de una escuela pequeña. Sin embargo, no ganó lo suficiente para vivir. Su pobreza llegó a tal extremo que se publicaron varias reclamaciones pidiendo auxilio, pero los defensores de Velilla y Rodríguez no previno su perdición. Finalmente, falleció el 12 de agosto de 1918 por inanición. Este mismo año, se publicó otra colección de sus poemas bajo el título Poesías y se puso su nombre a una calle de Sevilla. Además, se erigió una estatua en su honor que se puede ver en Camas, Sevilla.
En las obras literarias y pictóricas, atención que se presta al retrato de las costumbres típicas de un país o región (Diccionario de la lengua española).
Movimiento, principalmente literario, surgido en Francia a mediados del siglo XIX, que se caracteriza por la recreación fiel de la realidad observada (Diccionario de la lengua española).
Movimiento cultural que se desarrolla en Europa desde fines del siglo XVIII y durante la primera mitad del XIX y que, en oposición al Neoclasicismo, exalta la libertad creativa, la fantasía y los sentimientos (Diccionario de la lengua española). En la literatura, incorpora la idealización del pasado, sobre todo la Edad Media, el lirismo y la imaginación.